El Caribe se mezcla con las aguas dulces que bajan desde los cerros en la Laguna del Chiriquí, una gigantesca ensenada a medio camino entre la laguna y la bahía que ocupa el sector nororiental de la costa de Panamá. Esta parte del litoral, en el que el territorio panameño va buscando ya la frontera con la vecina Costa Rica, es un verdadero laberinto de aguas, rocas, playas y arrecifes de coral que forman un ecosistema único. Como te decíamos, numerosos ríos desaguan en esta zona y el Caribe también aporta lo suyo a través de las ‘golas’, bocas naturales de aguas de mar que se sitúan entre las nueve islas grandes, 51 cayos coralinos y más de 200 pequeños islotes que forman este verdadero laberinto de agua, playas y profundos bosques que sirven de puerta de entrada a uno de los más sorprendentes parques nacionales de Centro América: Isla Bastimentos.

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